Según informa la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos informó, el 13 de abril de 2023, la Agencia de Seguridad Interna del Gobierno de Unidad Nacional de Libia, que sustituyó al Gobierno de Acuerdo Nacional en 2021, detuvo a varias personas, entre ellas un ciudadano estadounidense, que fueron acusadas de apostasía y de realizar labores misioneras cristianas en el país.
Dos de los cristianos extranjeros fueron puestos en libertad y deportados pocos días después, el 16 de abril de 2023. Según informes oficiales, otros dos extranjeros y al menos 10 ciudadanos libios seguían detenidos en diciembre de 2023. El estado de Libia no ha facilitado información acerca de la persecución de los conversos del Islam.
La agencia de noticias en línea "The New Arab" con sede en Londres informó el 3 de mayo de 2023 de que seis de los detenidos habían sido procesados por delitos punibles con la pena capital. Las mujeres y los hombres estaban acusados de haberse convertido al cristianismo y de haber influenciado en musulmanes para que abandonaran el islam. Habían sido detenidos en marzo por la Agencia Estatal de Seguridad Interna (ASI). Según el código penal libio, se enfrentan a la pena de muerte por declaraciones que "pretendan derrocar el orden político, social o económico del Estado". Según “The New Arab”, la ISA declaró que los cristianos habían sido detenidos "para detener una acción de bandas organizadas cuyo objetivo era conseguir que la gente abandonara el islam."
La ISA también detuvo y posteriormente liberó a un ciudadano estadounidense que participaba en actividades cristianas. La ISA publicó en Internet vídeos de los detenidos confesando su conversión y proselitismo. Un vídeo mostraba al ciudadano estadounidense detenido diciendo a las autoridades que él y otros habían traído Biblias con tinta invisible, legibles sólo con una luz especial, para proteger la identidad de quienes las leían. El abogado de otro de los detenidos declaró al periódico “The Guardian” que su cliente haya sido torturado para que rescinda de su fe.
El USCIRF escribe: "En los últimos años, los conversos del islam a otras religiones, especialmente al cristianismo, han enfrentado el acoso y a graves sanciones por parte del gobierno y de actores conexos. En 2022, el Tribunal de Apelación de Misrata sentenció a muerte a un joven por su conversión del islam al cristianismo, ocurrida cuatro años antes. Ese mismo año, la Agencia de Seguridad Interna (ASI) de Trípoli, organización de inteligencia y aplicación de la ley afiliada a sucesivos gobiernos occidentales, detuvo y encarceló al menos a siete jóvenes "opuestos a los valores libios e islámicos", publicando posteriormente supuestos vídeos de confesiones forzadas en los que los detenidos admitían "comunicarse con ateos, agnósticos, coranistas, feministas y laicistas tanto en línea como en persona". Al parecer, la ASI emitió declaraciones en Internet en las que afirmaba que los detenidos habían conspirado para difundir el ateísmo.
En 2023, la ASI y otras autoridades del occidente de Libia continuaron su persecución de presuntos apóstatas y proselitistas. En marzo y abril, la ISA llevó a cabo una serie de detenciones por motivos religiosos contra cristianos conversos y presuntos proselitistas. Una serie de investigaciones se derivó en la detención de al menos diez libios por presunta apostasía y de dos ciudadanos estadounidenses, así como de otros dos extranjeros, por presunto proselitismo. Aunque los ciudadanos estadounidenses fueron puestos en libertad pocos días después, se cree que las demás personas permanecen detenidas, como consecuencia de su presunta participación en una "acción organizada en banda con el objetivo de impulsar que la gente abandone el islam". En octubre, algunos informes señalaron que la ASI había expresado su intención de reabrir las investigaciones en los casos de los detenidos restantes.
Hasta la fecha, no disponemos de información fiable acerca de la ejecución o no de la mencionada condena a muerte dictada en 2022. Según nuestras informaciones, estas condenas habían sido apeladas.
Según el Índice Mundial de Persecución de “Open Doors” para 2024, Libia ocupa el tercer lugar, habiendo subido desde la quinta posición del año pasado, en la lista de países donde los cristianos sufren las mayores persecuciones.
La Constitución provisional de 2011 garantizaba la libertad religiosa a los no musulmanes, sin embargo, fue suspendida durante la guerra civil libia de 2014 a 2020. Libia tiene una pequeña minoría cristiana, formada en su mayoría por egipcios coptos ortodoxos que tienen raíces históricas en el país, pero el USCIRF atestigua que existe una pequeña, aunque creciente, comunidad de conversos del islam a la fe cristiana. Debido a los peligros que implica la conversión al cristianismo, los conversos sólo pueden existir como creyentes clandestinos.
Nuestro socio Barnabas-Fund informa de que muchos ciudadanos libios están perdiendo el interés por el islam. Una encuesta reveló que el 36% de los libios de entre 18 y 29 años no son religiosos. Algunos libios se están convirtiendo a Cristo, pero el número de creyentes en el país sigue siendo muy pequeño.